09 julio, 2006

¿La Sinagoga de Satanás?

La Sinagoga de Satanás.

Nunca una frase como ésta, sacada completamente fuera de su contexto original, ha sido tan manipulada y tan manoseada como lo han hecho los extremistas radicales de la derecha del mundo entero. Su uso moderno, con fines meramente propagandísticos, es aplicado para distinguir indistintamente a los judíos en conjunto, o a la masonería. Así, en un texto de la ultraderecha, el pueblo judío es la “Sinagoga de Satanás”, mientras que en otro texto lo son las logias masónicas en su totalidad, y en libros como los elaborados por los ultraderechistas mexicanos (Salvador Borrego, Carlos Cuesta Gallardo alias “Traian Romanescu”, etc.) terminan revolviendo los conceptos haciéndolos iguales entre sí.

La frase aparece por vez primera en las Sagradas Escrituras en el último libro de la Biblia, el Apocalipsis del Apóstol San Juan, en el capítulo tercero, versículo noveno (Apocalipsis 3:9). Para no incurrir en el mismo yerro cometido por la derecha extrema, reproduciremos el texto íntegro del capítulo bíblico en el cual aparece dicha frase:

Carta a la Iglesia de Sardes.

3:1 Escribe al Ángel de la Iglesia de Sardes: "El que posee los siete Espíritus de Dios y las siete estrellas, afirma: "Conozco tus obras: aparentemente vives, pero en realidad estás muerto.

3:2 Permanece alerta y reanima lo que todavía puedes rescatar de la muerte, porque veo que tu conducta no es perfecta delante de mi Dios.

3:3 Recuerda cómo has recibido y escuchado la Palabra: consérvala fielmente y arrepiéntete. Porque si no vigilas, llegaré como un ladrón, y no sabrás a qué hora te sorprenderé.

3:4 Sin embargo, tienes todavía en Sardes algunas personas que no han manchado su ropa: ellas me acompañarán vestidas de blanco, porque lo han merecido.

3:5 El vencedor recibirá una vestidura blanca, nunca borraré su nombre del Libro de la Vida y confesaré su nombre delante de mi Padre y de sus Ángeles".

3:6 El que pueda entender, que entienda lo que el Espíritu dice a las Iglesias".

Carta a la Iglesia de Filadelfia

3:7 Escribe al Ángel de la Iglesia de Filadelfia: "El Santo, el que dice la Verdad, el que posee la llave de David, el que abre y nadie puede cerrar, el que cierra y nadie puede abrir, afirma:

3:8 "Yo conozco tus obras; he abierto delante de ti una puerta que nadie puede cerrar, porque a pesar de tu debilidad, has cumplido mi Palabra sin renegar de mi Nombre.

3:9 Obligaré a los de la sinagoga de Satanás -que mienten, porque se llaman judíos y no lo son- a que se postren delante de ti y reconozcan que yo te he amado.

3:10 Ya que has cumplido mi consigna de ser constante, yo también te preservaré en la hora de la tribulación, que ha de venir sobre el mundo entero para poner a prueba a todos los habitantes de la tierra.

3:11 Yo volveré pronto: conserva firmemente lo que ya posees, para que nadie pueda arrebatarte la corona.

3:12 Haré que el vencedor sea una columna en el Templo de mi Dios, y nunca más saldrá de allí. Y sobre él escribiré el nombre de mi Dios, y el nombre de la Ciudad de mi Dios -la nueva Jerusalén que desciende del cielo y viene de Dios- y también mi nombre nuevo".

3:13 El que pueda entender, que entienda lo que el Espíritu dice a las Iglesias".

Carta a la Iglesia de Laodicea

3:14 Escribe al Ángel de la Iglesia de Laodicea: "El que es el Amén, el Testigo fiel y verídico, el Principio de las obras de Dios, afirma: 15 "Conozco tus obras: no eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueras frío o caliente!

3:16 Por eso, porque eres tibio, te vomitaré de mi boca.

3:17 Tú andas diciendo: Soy rico, estoy lleno de bienes y no me falta nada. Y no sabes que eres desdichado, digno de compasión, pobre, ciego y desnudo.

3:18 Por eso, te aconsejo: cómprame oro purificado en el fuego para enriquecerte, vestidos blancos para revestirte y cubrir tu vergonzosa desnudez, y un colirio para ungir tus ojos y recobrar la vista.

3:19 Yo corrijo y reprendo a los que amo. ¡Reanima tu fervor y arrepiéntete!

3:20 Yo estoy junto a la puerta y llamo: si alguien oye mi voz y me abre, entraré en su casa y cenaremos juntos.

3:21 Al vencedor lo haré sentar conmigo en mi trono, así como yo he vencido y me he sentado con mi Padre en su trono".

3:22 El que pueda entender, que entienda lo que el Espíritu dice a las Iglesias".


Como es de sobra sabido, cuando el Libro del Apocalipsis fue escrito hace dos mil años, las logias masónicas no existían ni en Jerusalén ni en ninguna otra parte del Medio Oriente. El crédito por utilizar por vez primera la frase bíblica "la Sinagoga de Satanás" para referirse a la masonería vá al Papa Pío IX (1792-1878):





Se trata del mismo Papa que organizó el Primer Concilio Vaticano que definió el dogma de la infalibilidad Papal (de acuerdo con el cual el Papa, por el solo hecho de serlo, aunque sea humano, es incapaz de equivocarse, es infalible). Sin embargo, no utilizó la frase teniendo a los judíos en mente. El contexto bajo el cual Pío IX señaló a los masones como “la Sinagoga de Satanás” es el mismo contexto clásico bajo el cual los argumentos de la razón se enfrentan contra los argumentos de la fé, el mismo contexto bajo el cual los científicos evolucionistas que pregonan las teorías Darwinianas se oponen a los argumentos bíblicos -tomados estos últimos no por su carácter simbólico sino literalmente, al pie de la letra- de que todas las especies fueron creadas independientemente la una de la otra sin que hubiese evolución alguna, el mismo contexto bajo el cual el físico italiano Galileo Galilei fue llevado a juicio por la Santa Inquisición y censurado en 1642 sólo para ser exonerado mucho tiempo después por la misma Iglesia Católica en 1982. Es la lucha clásica, la lucha eterna entre quienes se oponen a cualquier tipo de cambio queriendo conservar las cosas tal y como están y entre quienes con mente más abierta están dispuestos a tomar los riesgos que implica el explorar nuevos horizontes y nuevas posibilidades. Es la lucha entre conservadores y liberales que se dá en todos los países del mundo con infinidad de variantes. La época en la cual le tocó vivir a Pío IX era una época en la cual la Revolución Industrial ya estaba en marcha, en la cual el intelecto del hombre empezaba a producir maravillas producto del uso correcto de la razón. Esto no tiene absolutamente nada que ver con cualquier contribución judía que pudiera haber habido para propiciar el desarrollo tecnológico e industrial de la civilización. Así pues, el conflicto de Pío IX no era un conflicto con los judíos, era un conflicto con los masones de ideología liberal. Anteriormente, ya desde los tiempos de la Revolución Francesa, estos conflictos entre la Iglesia Católica y “libre-pensadores” como Voltaire habían producido una estela de graves enfrentamientos con su secuela de muertos en ambas partes.

En lo que respecta a las relaciones del Papa Pío IX con los judíos, su actitud siempre fue ambigua. Tiene el crédito de haber derogado leyes que prohibían a los Judíos la práctica de algunas profesiones (esto en una época en la cual el Papa aún tenía poderes temporales, en la cual aún tenía algunas de las atribuciones de los poderes del César, aunque eventualmente sería el último de los Papas en poseer un poder político terrenal), así como el haber derogado leyes que obligaban a los judíos a escuchar sermones religiosos católicos cuatro veces al año con la finalidad de convencerlos de convertirse al catolicismo. De cualquier modo, retuvo la ley según la cual el testimonio de un judío en contra de un cristiano no era admisible en las cortes, y los judíos continuaron siendo discriminados en otras áreas. Si bien al principio de su pontificado Pío IX ordenó la apertura del ghetto judío en Roma, después de su regreso del exilio en 1850 lo volvió a reestablecer. Quizá el caso más publicitado por el cual Pío IX no es recordado con mucho afecto por las comunidades judías de Italia es el caso de un niño judío de seis años de edad, Edgardo Levi-Mortara, quien fue separado de sus padres en Bolonia por la policía del estado Papal actuando bajo las órdenes del Inquisidor, el Padre Feletti. Se dice que el niño había sido bautizado por una sirvienta cristiana de la familia, Anna Morisi, cuando el niño estaba enfermo por el temor que ella tenía de que el niño moriría como consecuencia de su enfermedad yéndose al infierno por morir sin haber recibido el bautismo. Habiendo sido ya bautizado el niño como católico, el niño ya no podía ser devuelto a sus padres argumentándose que la ley prohibía que un cristiano pudiese ser educado por judíos, aunque fuesen sus propios padres. Pío IX se negó terminantemente a devolverle el niño a sus padres desoyendo los pedidos que en sentido contrario le estuvieron haciendo varios jefes de estado incluyendo el Emperador de Austria-Hungría Franz Josef, y hasta el Emperador Napoleón III de Francia quien tenía tropas desplegadas alrededor de Roma para proteger al Papa de los italianos que combatían por la unificación de Italia. Tras la caída de la ciudad de Bolonia a manos de las tropas de la Italia unificada, el Inquisidor que arrebató al niño de sus padres fue arrestado y acusado del delito de secuestro. El caso tuvo repercusiones políticas serias para la Santa Sede, endureciendo la opinión tanto en Italia como alrededor del mundo de que el poder terrenal del Papa se estaba excediendo en contraposición directa con las enseñanzas de Jesucristo (Lucas 20:25, “Dad a César lo que es de César, y a Dios lo que es de Dios”), y que el uso de tales poderes terrenales eran un anacronismo y una afrenta a los derechos humanos en una era de liberalismo y racionalismo. Esto dió lugar a que la guerra llevada a cabo en contra de los estados papales en 1859 terminara quitándole prácticamente todos sus territorios al Papa dejándolo únicamente con la ciudad de Roma, la cual fue anexada en 1870 al nuevo reino de Italia en cuanto los soldados franceses que la protegían fueron retirados. El niño, ya convertido en un adulto para ese entonces, eventualmente se ordenaría como un sacerdote católico.

La postura anti-modernista, anti-liberal, anti-racionalista del Papa Pío IX está muy claramente expresada en su carta encíclica “Quanta Cura” (Sobre los principales errores de la época) dada a conocer el 8 de diciembre de 1864. En ella no menciona directamente a la Masonería (como tampoco hace mención alguna sobre los judíos). Pero hace una referencia directa a la masonería en su comentario hecho sobre un apéndice de la encíclica Quanta Cura, también dado a conocer el mismo 8 de diciembre de 1864, conocido como “El Syllabus”:






Al presentar su “Syllabus”, Pío IX hizo al final del mismo una mención muy específica a la Sinagoga de Satanás (tomando la alocución que aparece en el Libro del Apocalipsis) en relación a las sociedades secretas. Ya anteriormente, en su encíclica “Qui Pluribus” (Sobre la Fé y la Religión) promulgada el 9 de noviembre de 1846, Pío IX había dicho lo siguiente (en su Sección 9, Otra Clase de Errores) acerca de las sociedades y sectas secretas (entre las que se incluye a la masonería aunque sin mencionarla de nombre): “Tales son las sectas clandestinas salidas de las tinieblas para ruina y destrucción de la Iglesia y del Estado”. Inspirado en el ejemplo de Pío IX, el Papa León XIII (1810-1913):





fue aún más lejos en contra de la masonería promulgando su encíclica “Humanum Genus” (Sobre la masonería y otras sectas) el 20 de abril de 1884, dirigida única y exclusivamente en contra de esa institución ya bautizada anteriormente por su predecesor como “la Sinagoga de Satanás”, la masonería (sin hacer ninguna conexión con las sinagogas hebreas). Es en estos tiempos cuando hace su aparición en el escenario un destacado anticlerical francés ateo y pornógrafo de dudosa reputación y calidad moral llamado León Taxil (1854-1907), cuyo nombre verdadero era Gabriel Jogand-Pagès:





Tras la publicación de la encíclica Humanum Genus, Taxil simuló una tan falsa como pública conversión al Catolicismo, anunciando sus intenciones de reparar el daño que le había hecho a la verdadera fé. Sin embargo, su intención verdadera era atacar a la masonería y al mismo tiempo poner en ridículo a una ingenua Iglesia Católica exhibiéndola como una institución demasiado crédula sobre estas cuestiones. Afirmando ser “un ex-masón arrepentido de sus errores” y pese a que anteriormente había elaborado libelos anti-católicos como “Los Amores Secretos del Papa Pío IX”, se dedicó a escribir una serie de “revelaciones” en contra de la masonería que fueron verdadera miel en los oídos del Papa León XIII al darle justo lo que el Papa deseaba escuchar (¿por qué razón no habría de confiar Su Santidad en un pecador arrepentido que se llamaba igual que él?). A continuación vemos uno de los libros de Taxil denunciando a la masonería como centros de adoración a Satanás:





refrendando así como sumamente “apropiada” y correcta la conexión establecida por Pío IX entre la masonería y “la Sinagoga de Satanás”. El articulista Luís Angulo escribió lo siguiente sobre León Taxil:

Jogand-Pagés había entrado en la masonería sin pasar del primer grado (grado de aprendiz) y tras salir de ella trabajó durante dos años, publicando en 1887 con el seudónimo de León Taxíl el libro “Los misterios de la fransmasoneria, revelados”.

Mixtifícador genial y sin escrúpulos Taxil consiguió asombrar a la clase media y a la pequeña burguesía poco instruída de la Europa de su tiempo. Tras una cubierta de virtud cristiana, lanzaba dardos envenenados que sabían llegar al corazón de su poco culto pero incondicional público, a pesar de lo burdo de sus planteamientos:

“La francmasonería no es tan sólo una tenebrosa asociación, integrada por bribones que se empujan y alzan los unos a los otros para mejor escalar el poder, no dudando para ello en engañar, mentir y robar al pueblo; es también la escoria de la raza humana, es una cloaca de inmundicias, una vergonzosa plaga tenebrosa, reptante y escondida, una podredumbre formada y alimentada por los más infames vicios...”

En el mundo católico más retrógrado fue bien acogido, gracias a una mezcla bien dosificada de realidades de las masonerías y de invenciones de ritos sacrílegos, todo ello unido a un gran dominio de su oficio de periodista. Utilizaba gran variedad de artimañas para ganarse al lector, como es la omisión de ciertos documentos (supuestos) que no se atrevía a publicar para no dañar la sensibilidad del público no preparado para tan escabrosas revelaciones:

“En un volumen especial, lleno de copias de documentos, y al que he titulado Las Hermanas de la Masonería, he dejado todo minuciosamente explicado, entrando, para una mejor comprensión, hasta en los más nimios detalles. Me perdonarán, pues, si en la presente edición, que es esencialmente popular, suprimo determinados pasajes o facetas de los ritos masónicos, contentándome con analizarlos, con enjuiciarlos sin relatarlos in extenso. Los padres de familia y las personas debidamente formadas podrán, si lo desean, leer el referido volumen especial, en el caso de que cuenten con las debidas licencias para acometer tales lecturas”.

Taxil daba importancia a sus acciones como desvelador de los más escondidos secretos de los masones, a los que acusaba de toda clase de crímenes, diciendo que su vida estaba en juego, y nos decía:

“Si yo caigo bajo el filo de un puñal o las balas de un revólver, todos sabrán de dónde han salido mis asesinos. Si fallezco inesperadamente, de alguna enfermedad encubierta, todos sabrán también quiénes y por qué han maquinado mi muerte”.

Pero lo que más asombró e interesó al público, fue el descubrimiento del “Paladismo”, es decir, la alta masonería luciferiana. Aseguraba que él mismo había conseguido sacar de esta horrible secta y, además, convertirla al catolicismo, a la gran sacerdotisa "paladista" Diana Vaughan, y que por el gran odio que la masonería tenía a la religión verdadera estaban amenazados de una terrible venganza por los masones. Según los informes de Taxil, el “paladismo” tenía un gran templo subterráneo en los U.S.A., concretamente en la ciudad de Charleston, donde se realizaban los más atroces ritos, dirigidos por el conocido masón americano, el general Albert Pike. La secta, según Taxil, guardaba celosamente el libro satánico “Apadno”, escrito de puño y letra por el mismo Lucifer.

Durante doce años, León Taxil y sus colaboradores, el Dr. Bataille y un italiano llamado Margiotta, que corroboraban sus descubrimientos, publicaron artículos y libros cada vez más audaces y fantasiosos, mientras el público seguía devorándolos y creyéndolos a pies juntillas y a la vez (claro) enriqueciendo a sus autores. (Nota: Doctor Bataille fue uno de los muchos seudónimos usados por Taxil.)

El 19 de abril de 1897, Taxil da su último gran golpe, convocando al público en la Sala de Geografía de París, prometiendo revelaciones espectaculares. Y ciertamente lo fueron, ya que el público no daba crédito a lo que estaba oyendo. Taxil, muy bien defendido, declaraba en persona que había tomado el pelo a todos sus seguidores, que tan sólo había querido enriquecerse a su costa y que había conseguido reírse de la credulidad de la gente, así como de la estupidez de la Iglesia y de la misma masonería. Además descubría que aunque Diana Vaugham existía, en realidad era su secretaria y que jamás tuvo nada que ver con la masonería, ni con Lucifer. El "paladismo" era un invento suyo, añadiendo que no existía ni jamás existió una secta que respondiera a tal nombre.

Como lo indica el artículo arriba citado, las falsedades e invenciones que León Taxil había fabricado sentado cómodamente en un escritorio se vinieron abajo el 19 de abril de 1897 cuando él mismo admitió haberle tomado a todos el pelo en lo que calificó como una broma. (El texto completo de la confesión de Taxil fue publicado el 25 de abril de 1897 en el periódico parisino Le Froundeur.) Si todo no era más que una broma, resultó ser una broma bastante pesada, ya que al igual que el libelo ruso Los Protocolos de los Sabios de Sión su “broma” terminó ocasionando el derramamiento y la muerte de mucha gente inocente. León Taxil es el ejemplo típico del mentiroso patológico que caracteriza a los propagandistas de la extrema derecha mexicana como Salvador Borrego, los cuales saben que están mintiendo deliberadamente en mucho de lo que escriben y sin embargo pese a todo persisten en su práctica falaz sin importarles los odios y las bajas pasiones que sus ficciones puedan desatar. Y en el colmo de los cinismos, parte de la propaganda de la extrema derecha ha citado y sigue citando en sus voluminosas bibliografías las fabricaciones de León Taxil dándoles el carácter de ciertas, pero ocultándole a los lectores la retractación hecha por Taxil ese 19 de abril de 1897.

La obra de Taxil produjo un impacto tan favorable en el Papa León XIII que le dió algo que no se le concede a muchos: una audiencia privada en 1887, diez años antes de que Taxil hiciera una confesión pública de sus patrañas en lo que seguramente ha de haber sido uno de los días más negros en la vida del Papa León XIII. La importancia de la obra (apócrifa) de Taxil es que de aquí parte precisamente la interpretación satánica dada a la masonería por la extrema derecha contemporánea, una interpretación a la que son tan afectos los círculos más radicales descendientes del Sinarquismo y de la Guerra Cristera. Taxil también le demostró a los propagandistas del Nazismo y de la ultraderecha mexicana la técnica de revolver datos ciertos con los datos falsos para darle credibilidad a una ficción.

No es posible saber cuánto de lo que dijo en vida en contra de la masonería el Papa León XIII fue influenciado directamente por las mentiras de León Taxil. Pero como ya desde los tiempos de su predecesor se había promulgado el dogma de la infalibilidad Papal, ¿cómo podía admitir León XIII el haberse equivocado y el haber actuado usando información falsa? ¿El infalible Papa, la cabeza de la Iglesia Católica, incurriendo en una equivocación? ¡Ni lo mande Dios!

Curiosamente, aunque el Papa León XIII llevó a cabo una cruzada intensa en contra de los masones, jamás tomó una postura que fuese en contra de los judíos. Por el contrario, él y otros Papas que lo sucedieron llevaron a cabo una defensa de los judíos ante los hechos adversos de la historia que se estuvieron conjuntando para llevar directamente a la creación del Nazismo y a la tragedia de la Segunda Guerra Mundial. Esto lo afirma el conocido rabino y profesor norteamericano de Ciencias Históricas y Políticas David G. Dalin en su libro The Myth of Hitler’s Pope (El mito del Papa de Hitler). La temeraria afirmación de que los Papas modernos de la Iglesia Católica tomaron una postura decididamente anti-judía acusando a los hebreos como "destructores de la Iglesia Católica" es otra falsedad más entre las muchas cocinadas en la amplia literatura de la extrema derecha mundial, quienes se han encargado de ocultar en su propaganda el dato de que los Nazis alemanes odiaban a la Iglesia Católica.

Uno de los primeros pasos para atacar a la masonería como “la Sinagoga de Satanás“ adjudicándole ahora sí un origen judío (a diferencia de Pío IX quien utilizó la frase para referirse exclusivamente a la masonería) estuvo a cargo del sacerdote jesuita Leon Meurin, Arzobispo de Port-Louis, en la isla de Mauritius, quien publicó en 1893 un libro titulado La Franc-Maçonnerie, Synagogue de Satan (La Franc-Masonería, Sinagoga de Satanás), en el cual dice lo siguiente en la página 260: “Todo lo que hay en la masonería es esencialmente Judío, exclusivamente Judío, entusiásticamente Judío, desde el principio hasta el final”. Esto, en contraposición directa con la verdad histórica de que las logias masónicas fueron exclusivamente cristianas en su origen, y fue hasta la creación de la Gran Logia de Londres en 1717 cuando comenzó el proceso de distanciamiento de las mismas con sus vínculos cristianos, proceso que culminó en 1813. Cuando se llevó a cabo la unión de las dos grandes logias rivales en Inglaterra, creándose la Gran Logia de Inglaterra y Gales, y se llevó a cabo la revisión de los rituales masónicos, los últimos símbolos cristianos que había en ellas fueron removidos, con lo cual la institución adoptó el carácter universal con que es conocida hoy en día. Es importante agregar que inclusive en países en donde los judíos y los miembros de otras religiones son bienvenidos en algunas logias masónicas, existen otras logias cerradas para ellos, las cuales están reservadas exclusivamente para masones cristianos, entre las cuales se pueden citar el Rito Escosés, los Caballeros de Malta, y la Cruz Roja de Constantino. También en algunos países escandinavos en donde se practica el Rito Sueco no se permite el ingreso de gente que no profese la religión cristiana. Algunos Concilios Masónicos Supremos consideran que el Rito Escosés Antiguo y Aceptado es un rito exclusivamente cristiano, y no aceptan el ingreso de judíos o miembros de cualquier otra religión (por ejemplo, los Concilios Supremos de Inglaterra, Escocia, Irlanda y Australia), y la selectividad de estos Concilios llega a grado tal que los candidatos de nuevo ingreso tienen que declararse creyentes no sólo en la fé cristiana, sino inclusive hasta en la Santísima Trinidad.

Ciertamente, una obra como la que escribió Leon Meurin sólo pudo haber provenido de una persona que jamás en su vida perteneció a una logia masónica. Pero si jamás perteneció Leon Meurin a ninguna logia masónica, entonces ¿de dónde sacó sus aventuradas conclusiones de que todo lo que hay en la masonería es esencialmente judío? Ni modo de que basara su fuente de información en los "secretos" revelados en el confesionario por ex-masones “arrepentidos”, porque hasta donde cualquiera sabe, todo sacerdote católico está obligado por su ministerio a guardar todo lo que se dice bajo secreto de confesión en la más absoluta confidencialidad Desafortunadamente, como Leon Meurin ya está muerto, no le podemos preguntar.

Una vez calificada la masonería como una institución malvada de origen judío, haciéndole pleno honor al mote “la Sinagoga de Satanás”, el siguiente paso lógico era revolver esta mescolanza con la tesis de una supuesta conjura para apoderarse del mundo. Este paso fue dado por el párroco francés Ernest Jouin, con su serie de libros titulados “El Peligro Judeo-Masónico”, los cuales se empezaron a publicar una década antes de que Adolfo Hitler llegara al poder en Alemania y los cuales junto con el fraude literario ruso Los Protocolos de los Sabios de Sión y otra literatura antisemita sirvieron para calentarle a Hitler su cada vez más desequilibrado cerebro. Es aquí cuando parte el mito de “la gran conspiración judía-comunista-masónica” usado por la extrema derecha en la actualidad, un mito que se resiste a morir, al igual que los mitos de la Atlántida y los platillos voladores. Para “inspirarse” en sus teorías sobre tan fabuloso complot, Ernest Jouin primero leyó en su totalidad la piedra angular que supuestamente revela al mundo la existencia de tal conjura: “Los Protocolos de los Sabios de Sión”. Desafortunadamente, los leyó antes de que fueran desenmascarados como una fabricación de la policía secreta del Zar de Rusia inspirados en una sátira francesa. De cualquier modo, una vez expuesto el fraude, Ernest Jouin no se retractó ofreciendo disculpas como era su obligación hacerlo como prelado católico, seguramente temeroso de quedar expuesto al escarnio, a la burla y al ridículo de la sociedad.

Curiosamente, “Los Protocolos de los Sabios de Sión” no mencionan en lo absoluto a la masonería como instrumento de “la judería internacional” para la dominación del mundo, quizá porque a los agentes de la policía secreta Zarista se les olvidó incluír el tema en su agenda, o quizá porque consideraron que agregar el tema de la masonería dentro de “Los Protocolos” resultaría contraproducente. Pero de ello se encargó Ernest Jouin quizá fantaseando la siguiente lógica: “Los judíos se quieren apoderar del mundo corrompiendo al cristianismo de acuerdo con lo que admiten ellos mismos en 'Los Protocolos de los Sabios de Sión', y las logias masónicas -refiriéndose principalmente a las logias masónicas francesas en las cuales se reunían los irreverentes jacobinos- han sostenido una dura lucha en contra de la Iglesia Católica, entonces se concluye de manera irrefutable que la masonería debe ser también un instrumento de los judíos para la conquista del mundo. Y por lo tanto se concluye también que la masonería fue creada por ellos para la conquista del mundo.” Así de fácil, desde la comodidad de su escritorio, Ernest Jouin descubrió que podía reinventar toda la historia de la Humanidad, “descubriendo” como si fuese un avezado Sherlock Holmes lo que nadie antes que él había sido capaz de descubrir, negándose hasta el final de su vida a aceptar la cruda realidad de que los “Protocolos de los Sabios de Sión” no eran más que una fantasiosa fabricación urdida por gente sin escrúpulo alguno, los cuales deben ser tomados por lo que son, una buena propaganda de corte novelesco; como la novela “El Código DaVinci” de Dan Brown, muy buena para divertir un rato, muy buena para generar controversia y para producirle ganancias económicas a su autor, pero muy mala como justificante para salir a la calle para empezar a matar a los miembros de la organización conocida como el Opus Dei.

Asentado el hecho de que fue Ernest Jouin quien se encargó de popularizar el tema de “la gran conspiración judía-masónica” para el dominio del mundo y la destrucción de la Iglesia Católica, es importar cotejar el dato con otro hecho importante: cuando escribió sus ficciones, el estado de Israel aún no existía. Por lógica elemental, dándole crédito a las fantasías de Jouin, una logia masónica no tendría razón de ser dentro de un estado judío. Sin embargo, en Israel también hay logias masónicas israelíes. Inclusive hace algunos años, la Gran Logia del Estado de Israel eligió como su Gran Maestro a ... ¡un hermano árabe cristiano, el M.R.H. Jamil Shalhoub!. Existen en Israel cinco logias que trabajan en árabe, y también existe una Logia de Perfección del Rito Escocés Antiguo y Aceptado que trabaja también en árabe. Todo esto seguramente habría dejado a Jouin con la boca abierta. Aunque, a fin de cuentas, incapaz de admitir sus propios errores, y siendo de cabeza dura, posiblemente habría terminado argumentando que las logias masónicas en Israel fueron creadas para “despistar” a todos excepto a él.

Todo esto se puede investigar más a fondo gracias a Internet. La pregunta clave que debemos hacernos aquí, en base a lo que hemos visto, es: ¿realmente la masonería es una malvada creación judía con el objeto de borrar del mapa a la Iglesia Católica como lo sostiene la extrema derecha contemporánea?, poniéndola debajo de otras preguntas como ¿realmente existen los platillos voladores?, ¿realmente existe el Yeti de los Himalayas, el abominable hombre de las nieves? ¿realmente existió el Doctor Frankenstein dándole vida a un cadáver? ¿realmente existen los vampiros humanos que se alimentan de sangre y que solo pueden vivir y alimentarse de noche?

6 Comments:

Blogger Beam said...

que gran blog.

es usted nuestro Francis E Dec, snif.

miércoles, 19 julio, 2006  
Anonymous Anónimo said...

¡Bien por eso beam 9000!: este es un gran blog y además me encanta el estilo que utiliza Spectator para desarrollar los temas.

sábado, 01 diciembre, 2007  
Anonymous Anónimo said...

bueno lei sus comentarios y pues le dire entonces q los judios son unos ANGELITOS pobresitos de ellos no??. Seguramente kien escribio todo esto debe ser parte pues de la comunidad judia o projudio, porq otra explicasion no encuentro, acaso se puede negar q carlos marx era judio, q chales darwin era judio? q los amos del mundo hoy en dia son judios? qe ellos manejan kla prensa en todo el mundo que gobiernan el mundo mas de 5000 mil años? que CRISTO mismo lo llamo hijos de satanas?? entonces hagame el favor pues nop!!!?
victoraguial12@hotmail.com

martes, 30 diciembre, 2008  
Blogger Spectator2006 said...

Para el comentarista que virtió aquí sus opiniones de corte obviamente ultraderechista el 30 de diciembre del 2008:

Los trabajos de Spectator documentan el auge de una terrible amenaza que se está expandiendo por todo México y que inclusive ha saltado ya fuera de México inspirada en la locura nacionalsocialista legada por Hitler y mantenida viva por las legiones de literatos que han estado recurriendo abiertamente a un falseamiento de la verdad histórica para lograr el renacimiento del fascismo. Esta amenaza es de corte antisemítico, aunque si no existieran los judíos seguramente los adherentes del neo-Nazismo habrían encontrado ya otro grupo al cual hacer el chivo expiatorio de todos los males del mundo. Si denunciar la conjura nacional ultraderechista propulsada por la organización Tecos de la Universidad Autónoma de Guadalajara y su apéndice la Organización Nacional del Yunque es tomado como una "evidencia" de que Spectator es "parte de la comunidad judía o projudío", eso ya es un salto de lógica del comentarista que, dicho sea de paso, no sería sostenible ante un tribunal de justicia. Si el comentarista insiste en señalar que Spectator forma parte de la comunidad judía, más vale que vaya presentando las pruebas de ello.

Efectivamente Marx era judío, pero era un judeófobo. Esto está documentado por Spectator en el trabajo 100 Años de Locura. Por favor lea bien el comentarista dicho trabajo antes de seguir aferrado a falsas creencias. Y en cuanto a Charles Darwin, Spectator lamenta tener que informarle al comentarista que Charles Darwin no era judío; este es otro de los miles y miles de mitos y falsedades que a fuerza de estar siendo repetidos millares de veces por la falaz propaganda de la ultraderecha han logrado "pegar" convirtiéndose en una "realidad" para quienes quieren creer que esa es la realidad verdadera. Sin embargo, si el comentarista acaba de descubrir alguna "prueba" nueva que demuestre por vez primera en forma incuestionable que Charles Darwin era judío, Spectator gustosamente la publicará aquí dándole amplio crédito al comentarista por el descubrimiento... después de haber remitido dicha "evidencia" para su análisis y estudio a sociedades históricas acreditadas y de prestigio.

Y en cuanto a la fantasía de que los judíos son los amos del mundo, por lo menos mire bien en México el comentarista quién es el que está gobernando al país en estos momentos. Ciertamente, no son los judíos. Es la derecha en amasiato con la extrema derecha neo-Nazi. Y mire bien el comentarista cómo le está yendo a México en estos momentos.

Y en cuanto a que Cristo mismo llamó hijos de Satanás no sólo a los escribas y los fariseos que lo estaban acosando y persiguiendo sino también a todos los judíos del mundo, empezando por el hecho de que los mismos Apóstoles del Señor Jesús eran judíos esta condena debería de haber provocado una grave crisis de identidad en su naciente Iglesia.

Spectator le recomienda al comentarista que antes de andar abriendo la boca se meta a estudiar en una escuela renombrada de prestigio obteniendo de la misma por lo menos una Maestría, una universidad como la UNAM, como la Universidad Iberoamericana, o la Universidad de Harvard. Cualquiera, menos la Universidad Autónoma de Guadalajara, por razones obvias.

viernes, 09 enero, 2009  
Anonymous Anónimo said...

es excelente todo el trabajo y la investigacion aqui proporcionado. Espero que muy pronto pueda leer otra gran verdad ,esa verdad que tanto se nos distorciona, hay mucha gente en este mundo que busca con ansiedad la verdad de lo que somos y de lo que en verdad ha pasado en la corta historia del hombre.. se nos da una verdad ficticia de lo que pasa y ha pasado..y creo que no debemos ser seres conformistas y peresosos en la busqueda y la confrontacion de lo que es y no correcto,no podemos afirmar y creer en la idea adoptada de otros . esos otros que manejan la realidad a su antojo y conveniencia. eso solo lo podemos acabar nosotros mismos.debemos saber y divulgar la verdad..esa verdad que nos hara libres y nos deshatara de toda esta gran maquinaria ploitica y religiosa que trabaja en fin de de unos pocos y que perjudica las mentes en blanco de muchos.. escribiendo en ellas miseria y autodestruccion.. la verdad nos hara libres... es hora de empezar a aplicar esta gran verdad... muchas gracias...y seguire leyendo atentamente todos sus textos..

jueves, 16 abril, 2009  
Anonymous Anónimo said...

¡¡¡jajajajajajaja!!!
¡¡Ándele comentarista anónimo, por metiche e ignorante!!

Totalmente de acuerdo contigo Spectator.

pablosxxi@hotmail.com

sábado, 02 mayo, 2009  

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